El atuendo que los distinguía era un manto blanco con una cruz roja, a la que tiempo después se les agregó unas alianzas al juego conocidas como los anillos de los templarios

Fueron los mejores soldados que participaron en las cruzadas en el lado cristiano.
Su principal objetivo era vigilar los caminos y custodiar a los peregrinos que se dirigían a Tierra Santa.

Luego de la reconquista los peregrinos viajaban a Jerusalen llevando consigo todas sus pertenencias y muchas veces eran víctimas de bandas de saqueadores.

Con el paso del tiempo la orden creo una estructura que fue la precursora de los bancos, los viajeros podían depositar sus bienes en una sede y retirarlos luego en otra evitando así tener que viajar con el dinero y arriesgarse a perderlo todo. 
A medida que tuvieron más poder empezaron a ser odiados por los nobles que no integraban la orden. Luego de perder Jerusalén cayeron en desgracia, sobre todo con quien más dinero les debía, el rey Felipe IV de Francia. Este presionó al papa Clemente V para que los expulse de la Iglesia, la excusa fue que los caballeros decían haber encontrado el Arca de la Alianza.

Se les acusó de herejía, sodomía y de adorar a ídolos. Finalmente todos sus bienes fueron confiscados y gran parte de sus seguidores fueron condenados a morir en la hoguera.