Solamente un color rompe con esas reglas: el púrpura. Este color se manifiesta en la amatista, un cuarzo que se encuentra en forma abundante en la naturaleza y se ha convertido en el color ideal para los plateros porque mientras el rubí, el zafiro o la esmeralda cuestan fortunas, una excelente amatista puede estar al alcance del bolsillo de cualquier persona.

A excepción del topacio azul, aún más barato y abundante, la amatista es la piedra que reina en el mundo de la joyeria de plata. Pero esto no fue siempre así, ya que según explica el experto gemólogo Jael Arem “hace dos siglos la amatista era tan rara y cara como el rubí y se la conocía con el nombre de “royal purple” en alusión a su gran valor. Hoy día, debido a la aparición de numerosos yacimientos en América del Sur, la amatista se ha popularizado sin dejar de tener su condición de piedra preciosa”.

La amatista ha sido una joya preciosa durante siglos. Es considerada la piedra natal para Piscis y el mes de febrero y la piedra preciosa para el 6to aniversario del matrimonio. La piedra está incluida en las colecciones reales de todo el mundo, desde el antiguo Egipto hasta las joyas de la corona británica. El Smithsonian Museum tiene una amatista que pesa 400 libras. Las civilizaciones antiguas apreciaron esta piedra más que muchas gemas que hoy gozan de más reconocimiento y valor, incluyendo el zafiro y el rubí. En los tiempos antiguos esta preciosa gema tuvo su lugar de privilegio en la iglesia cristiana, llevada en los anillos de los obispos. El color púrpura real solía simbolizar a Cristo. Se cree que San Valentín llevaba un anillo con una antigua amatista tallada con una imagen de Cupido.

La piedra es también un símbolo de San Matías. Hay una serie de referencias bíblicas a la amatista. Era también una de las doce piedras preciosas en el pectoral del sumo sacerdote Aarón. La duodécima fundación de la Ciudad Santa fue construida de amatista. Durante algún tiempo, la verdadera amatista fue valorada igualmente con el diamante. Entonces grandes hallazgos en América del Sur y en otros lugares lo hicieron más abundante. Como su rareza disminuyó, también lo hizo su precio. Todo esto puedes tenerlo y disfrutarlo en la joyería de plata con un precio excelente.