La tiara perteneció originalmente a Margaret Greville y se la otorgó a la reina Isabel II en 1942 y está hecha de pavé de diamantes talla rosa engastados en platino, con seis esmeraldas a cada lado.

El experto en joyería Eddie LeVian dice que la tiara de bandeau podría valer hasta 35 millones de libras.

Esta tiara la utilizó, también, además de la actual reina, su difunta madre.

Eugenie rompió con la tradición al elegir no usar un velo al llegar a la ceremonia, permitiendo a los invitados y simpatizantes ver la tiara claramente cuando llegó.

Se esperaba que Eugenie usara la tiara de York, la misma que usó su madre el día de su boda. Pero al igual que Meghan y Kate antes que ella, la casa real le prestó una pieza que no había sido usada recientemente por otros miembros de la realeza.

Meghan Markle también llevaba una tiara de estilo bandeau, prestada por la reina. La suya era una tiara de filigrana de diamante que se había hecho en la década de 1930 para la reina María, la princesa de Teck. La duquesa de Cambridge, Kate Middleton,  mientras tanto, llevó la tiara de Cartier Halo Scroll para casarse con el Príncipe William, que Jorge VI encargó a Cartier para su esposa en 1936, y más tarde fuera favorita de la Princesa Diana.

La princesa Diana rompió con la tradición y optó por no usar una de las tiaras de la Reina, en cambio usó una reliquia de su familia: la Tiara de Spencer.

La elección de la tiara que lució la Princesa Eugenie pudo ser impactante para algunos fanáticos reales, quienes esperaban que la novia usara la tiara que su madre llevó cuando se casó en 1986. La pieza de joyería fue creada específicamente para que Sarah Ferguson la usara cuando se casó con el Príncipe Andrew en 1986. Cuando la duquesa de York se casó con la familia real, usó su tiara como un símbolo de su transición del plebeyo a la realeza.

Todas estas historias, dignas de cuentos de hadas, muestran las tradiciones reales inglesas que atraen siempre la atención del mundo entero.