Colgantes relicario portafoto

Los relicarios cristianos revelan la difusión del cristianismo y su teología cambiante. Cuando los musulmanes conquistaron la Tierra Santa, muchas de las reliquias fueron llevadas por seguridad a Constantinopla, capital del Imperio Bizantino Cristiano. A partir de 1095, los cruzados regresaron a Europa occidental con reliquias y relicarios que habían comprado o robado. Estas, o reliquias de santos europeos más recientes, pueden ser atesoradas en iglesias o divididas entre relicarios más pequeños. Desde la década de 1500, algunos fueron trasladados por misioneros católicos al Nuevo Mundo.

En la actualidad muchos optan por compra joyas relicario que les permita llevar la foto de algún ser querido o una imagen religiosa. Pero, lo que ha ido en aumento es la cantidad de personas que deciden llevar uno con una pequeña cantidad de las cenizas de alquien que tuvo un papel importante en su vida. Si bien todas las joyas son personales, el relicario es quizás el más personal de todas.

Tradicionalmente, los medallones de recuerdo también se pueden hacer con un panel de vidrio en la parte delantera para que se pueda ver lo que hay dentro sin necesidad de abrirlo y evitar el riesgo de que su contenido se caiga o se extravíe.

Los relicarios y los amuletos son más importantes que otras joyas o recuerdos porque cuentan una historia singular. La historia de los collares de relicario es importante en varios niveles diferentes. Lo que estas piezas transmiten es profundo porque expresan lo que significa para un ser humano. Celebran lo que significa amar y honrar. Ellos marcan lo que significa recordar y llorar. De esta manera, los relicarios y amuletos nos ofrecen una ventana a nuestro pasado.

Estos relicarios y amuletos pueden ser de plata, de oro o incluso de cristal. Claramente, la gran mayoría de las historias contenidas en muchos de ellos son insignificantes para el resto de las personas, al contrario que para quien los lleva. Lo que representan estas piezas es muy importante para la historia de una familia. Donde crecemos, nos casamos, damos a luz, envejecemos y morimos. De esta manera, estas piezas y los objetos de colección de recuerdo son extremadamente íntimos.