Colección Alta Gioielleria de Dolce & Gabbana

omo era de esperar, sus joyas en esta ocasión están lejos de ser comunes y corrientes. Combina su

ropa de sport con la Alta Gioielleria de Dolce: la línea de alta joyería de la casa italiana que es tan extravagante que el ojo inexperto podría confundirla con bisutería.
De esta manera,  las piedras con tonos de laguna en el centro de las anémonas rosadas de gran tamaño son turmalinas preciosas, los pétalos de las flores tallados en oro, salpicados de diamantes y zafiros rosas y esmaltados artísticamente a mano, cada pieza es única y extraordinaria.

Las serpientes que se entrelazan alrededor del cuello de una modelo fueron elaboradas con oro de 18 quilates espolvoreado con diamantes, una de ellas con una amatista en sus mandíbulas; las fresas que cuelgan tentadoramente de collares y pendientes están salpicadas de rubíes y zafiros rosados, las frutas en sí, junto con sus ramas y hojas, son el resultado de un esmaltado minucioso por los expertos artesanos de Dolce & Gabbana. 

Cargada de flores, frutas y símbolos folclóricos, la colección está dedicada al bel paese , o 'país hermoso', la tierra natal de la marca italiana. La presentación digital de este año, aunque lejos del glamour de varios días al que están acostumbrados los clientes de Alta Moda, al menos ofreció una mirada de cerca a las joyas, que incluso en este volumen no siempre son fáciles de apreciar en un espectáculo de pasarela tradicional.

Gracias a los videos de Instagram que ha publicado Dolce & Gabbana , los clientes pueden ver aún más de cerca la artesanía de su elaboración, desde bocetos a lápiz hasta modelado en cera, engaste a mano cada pavé de diamantes y cincelando los collares de flores doradas hasta lograr el volumen de peonías en flor.

Estas flores pintadas a mano y adornadas con joyas cuelgan de un collar de tanzanita de más de 2200 diamantes con talla pera de 22 quilates que cuelga en el escote.

Pero hay que resaltar que la prestigiosa casa no se olvida del hombre. En la pasarela, cruces de diamantes y rubíes o esmeraldas se asomaban por debajo de las batas de crepé de seda color crudo o los pañuelos de seda estampados; una cruz de Malta de inspiración barroca, esmaltada y engastada con granates y diamantes, complementada con una camisa de popelina de seda. Esta cruz, como muchos de los colgantes de la casa, se puede transformar en un broche: tanto mejor para combinar con su suntuoso blazer de brocado.

Piedras preciosas de colores gruesos se apilaron en los dedos de modelos masculinos y femeninos por igual, mientras que algunos de los botones de esmoquin más simples estaban engastados con diamantes: una prueba de que cuando el mundo está listo para volver a vestirse de gala, nadie está más preparado que Dolce & Gabbana.